Daños indirectos de las hormigas al proteger pulgones en el almendro
En el cultivo del almendro, la presencia de hormigas puede ser un indicador de un problema mayor: la infestación de pulgones. Si bien las hormigas no dañan directamente al almendro, su relación simbiótica con los pulgones genera daños indirectos que pueden afectar significativamente la producción de almendras en España. Este artículo explora la problemática y ofrece soluciones para un control efectivo.
La simbiosis entre hormigas y pulgones
Las hormigas y los pulgones mantienen una relación mutualista. Los pulgones excretan una sustancia azucarada llamada melaza, que sirve de alimento a las hormigas. A cambio, las hormigas protegen a los pulgones de sus depredadores naturales, como las mariquitas y las crisopas. Este comportamiento, aunque beneficioso para ambos insectos, resulta perjudicial para el almendro.
Daños indirectos causados por la protección de los pulgones
La protección que brindan las hormigas a los pulgones amplifica los daños que estos últimos causan al almendro. Los daños indirectos incluyen:
- Mayor proliferación de pulgones: Al estar protegidos de sus depredadores, las poblaciones de pulgones pueden crecer rápidamente, aumentando el daño directo que causan al almendro al succionar la savia.
- Dispersión de pulgones: Las hormigas pueden transportar pulgones a nuevas zonas del almendro e incluso a otros árboles, propagando la infestación.
- Desarrollo de fumagina: La melaza excretada por los pulgones favorece el desarrollo de fumagina, un hongo negro que cubre las hojas y reduce la capacidad de la planta para realizar la fotosíntesis. Esto debilita al almendro y afecta su productividad.
- Dificultad en el control de pulgones: La presencia de hormigas dificulta el control de las poblaciones de pulgones, ya que protegen a estos insectos de los insecticidas y de los depredadores naturales.
Estrategias de control
Para controlar los daños indirectos causados por las hormigas al proteger a los pulgones en el almendro, se recomienda un enfoque integral:
- Control de hormigas: Impedir que las hormigas accedan a las zonas del almendro infestadas por pulgones. Se pueden utilizar barreras físicas, como bandas pegajosas alrededor del tronco, o cebos específicos para hormigas.
- Control de pulgones: Implementar estrategias de control de pulgones, como la introducción de depredadores naturales (mariquitas, crisopas) o el uso de insecticidas autorizados, teniendo en cuenta la protección del medio ambiente.
- Monitoreo constante: Realizar inspecciones regulares del almendro para detectar la presencia de hormigas y pulgones, lo que permite una intervención temprana y evita que la infestación se extienda.
- Prácticas culturales adecuadas: Mantener un buen estado de salud del almendro mediante prácticas culturales adecuadas, como la poda, la fertilización y el riego, fortalece la planta y la hace más resistente a las plagas.
Conclusión
Controlar la presencia de hormigas en el cultivo del almendro es crucial, no solo por el daño directo que puedan ocasionar, sino principalmente por su efecto protector sobre los pulgones. Un manejo integrado de plagas que considere la interacción entre hormigas y pulgones es esencial para asegurar la salud del almendro y la producción de almendras de alta calidad en la agricultura en España.